Rompeolas

Quebrarnos es lo mejor que puede pasarnos. 

Quebrarse: como el mar contra las rocas, la palabra nos da miedo, la idea de que algo roto es imperfecto nos aterra, la asociamos con debilidad o pérdida. Una ola contra la orilla. Pum. Gone. Nada. 

Pero quebrarse es mejor de lo que creemos. Cuando nos quebramos vemos cómo estamos hechos por dentro. Tenemos mil pedazos como piezas de un rompecabezas, listos para formar un nuevo lienzo, para reconstruirnos y crear lo que queramos. Necesitamos la arena para ser espuma, la escollera para ser brisa. Y entonces volver. Cuando nos quebramos no somos débiles, somos fuertes. Cuando nos quebramos no perdemos, en realidad ganamos.

¿Mi deseo para ti? Espero que te quiebres muy pronto y que tengas el valor de recoger tus piezas para construirte de nuevo. Que encuentres tu rompeolas y después de fraccionarte en mil gotitas de agua salada, vuelvas a fluir con más fuerza, en la dirección que tú quieras. 

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