Somos una mezcla de todas nuestras lecciones, personas que se van quedando y lociones de piel humana que con cada vello erizado y empapado en sudor imperceptible, se ha rozado contra la nuestra. Somos una mezcla de historias, libros repletos de notas, tickets arrugados, billetes olvidados para después ser encontrados y recados firmados por el camarista del hotel para alegrarte el día. Collages de cuentos contados con los ojos, los propios y los otros, que se rompen en pedazos de confeti, se dispersan con el viento y se vuelven a juntar algún día de nuevo. ¿A dónde va todo el confeti del mundo? ¿A donde van los retazos de papel con las historias que nunca se publicaron, las que nunca se sintieron completas? Quizás siempre fuimos pedazos. Una mezcla de papelitos de colores rotos.
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